viernes, 13 de abril de 2012

Revoluciones prefabricadas

Desde el año 2011 se han dado una serie de movilizaciones y revoluciones en numerosos países árabes. Algunos años antes hubo movimientos reivindicativos de masas en países como Moldavia, Ucrania, etc. La pregunta es ¿cómo puede surgir una revolución de buenas a primeras? ¿Quiénes las dirigieron? ¿Con qué fines? ¿Quién se benefició? Es un tema controvertido pero interesante pues parece ser que muchos de esos movimientos fueron orquestados por hilos oscuros de servicios de inteligencia extranjeros. Sin embargo, para entender estos procesos en profundidad hay que tener en cuenta los siguientes puntos:

1º En principio cuando alguien pone en duda alguna de estas revoluciones lo primero que piensa la gente es que estás a favor del gobierno derrocado, la verdad es que tal cosa no es estrictamente necesaria. Para empezar estos movimientos pueden estar perfectamente azuzados por contradicciones sociales reales latentes en el país. El dirigente en cuestión puede ser un genocida, ojo, no digo que lo sea, sencillamente puede serlo. Sadam Hussein, por ejemplo, era un genocida contra el pueblo kurdo, lo cual no quiere decir que la Guerra de Irak no fuera una ocupación ilegal, ilegítima y desastrosa para el pueblo Irakí e incluso para los supervivientes kurdos del régimen de Sadam. En definitiva, una potencia puede crear un movimiento contrario al gobierno ayudándose del apoyo popular que la población daría a su derrocamiento. ¿Hambre, represión, torturas? No os preocupéis, nos liberaremos de estas injusticias, eso sí, que nadie se entere de que en secreto estamos siendo financiados por la USAID, tentáculo de EEUU que en su día ayudó a mantenerse en el poder a esa dictadura.

2º En la Historia han existido numerosos movimientos que hicieron la revolución pero en realidad no se trató más que de procesos en los que el descontento era llevado a un callejón sin salida, a una institucionalización del descontento. La llegada de la Segunda República Española, por ejemplo, fue un proceso por el que la burguesía canalizó el descontento hacia la ya caduca Monarquía y la costra purulenta de la Dictadura de Primo de Rivera. En un régimen democrático y capitalista donde la necesidad de una revolución podía perderse en trabas burocráticas propias del juego parlamentario, cuando no de las tímidas y lentas reformas así como de los comicios en los que un poder ilegítimo como el de la casta aristocrática y clerical aún tenía representación, podía ser un método para calmar cualquier revolución. Millones de casos así han habido y me inclino en pensar que por eso un militar de origen tan fascista como Spinola dirigió la Revolución de los Claveles en Portugal, como también me inclino a pensar que por eso el régimen racista sudafricano acabó por soltar a Mandela. Pero de momento solo son conjeturas plausibles. No olvidemos nunca que un régimen parlamentario es siempre más estable en tanto que es más flexible.

3º Para entender una invasión, reforma, revolución, protesta, etc no hay que fijarse tanto en contra de quién va sino a quién beneficia y quién lo apoya. Miradlo de la siguiente manera, en un régimen amigo como Israel o cualquier gobierno europeo es apoyado contra cualquier conato subversivo. En Egipto y Túnez no se intervino directamente pero se pidió calma, y en Libia, único país soberano en términos petrolíferos, se mandaron portaaviones. Por no hablar de que el genocidio contra Palestina es apoyado con venta de armas mientras el gobierno serbio fue aplastado por la OTAN con el mismo pretexto.

A continuación voy a mostrar una noticia aparecida hace poco que hace hincapié en la creencia de que muchas revoluciones han sido prefabricadas, lo interesante es que ahora nos muestran incluso al individuo que las financia:



No hay comentarios:

Publicar un comentario