lunes, 5 de noviembre de 2012

Desmontando el mito del complot comunista en España



Cardenal Isidro Gomá.  Uno de los propagadores del bulo. 
Es ésta la madre de todas las mentiras  propagadas por los franquistas, ya que vendría a justificar el golpe de Estado en función del que según ellos, preparaba la izquierda.  Con esta finalidad  se confeccionaron unos “documentos” que dejaría a las claras, la preparación de un complot patrocinado por Stalin, que pretendería la instalación de un estado totalitario de izquierdas en España. Es decir, estamos ante el tan cacareado golpe de Estado de la izquierda, pero con documentos que lo demuestran.
La primera  mención que  se hizo de de ellos fue a través de la notificación que envió el marqués del Moral al Foreign Office en la temprana fecha del 30 de Agosto de 1936. Como es lógico, adjuntó una de las muchas copias de los “documentos” que habrían de circular por  diversos países .


Poco después se publicaron en la revista francesa de tendencia ultraderechista, Gringoire, la cual venía haciendo campaña a favor de Franco en la Guerra Civil.

A comienzos de 1937 Cecil Gerathry las incluyó en su libro The road to Madrid. Según comentó en este trabajo, él mismo hizo copias de las que encontró en la sede de los comunistas, en la Línea de la Concepción. Ese mismo año se divulgaron en Berlín y un año después en Inglaterra.
En Suecia  fueron utilizados para hacer propaganda favorable a Franco en un libro de Ernest Bredberg  titulado Rebellen  Franco och den lagliga regeringen.

Así podría enumerar muchos más casos que se dieron a nivel internacional, de utilización de estos  papeles para beneficiar a la causa franquista. En lo que respecta a España, el mismo Cardenal Gomá  se refiere a ellos de forma indirecta.

“El movimiento de Franco no se produjo sin que los que lo iniciaron intimaran previamente a los poderes públicos a oponerse por los recursos legales a la revolución marxista inminente. La tentativa fue ineficaz y estalló el conflicto” (1)

Con posterioridad, Arrarás, Manuel Aznar, Luis Fernández , Seco Serrano y otros muchos historiadores de pelaje franquista, habrían de utilizarlos para justificar la conspiración del 18 de Julio. Hay que señalar que Hught Thomas y el mismísimo Salvador de Madariaga  señalaron la autenticidad de estos “documentos”.

Estos fueron en realidad tres. El  documento nº  I llevaba el encabezamiento  Informe confidencial nº 3 y contenía órdenes y contraseñas para un levantamiento de la izquierda contra el  gobierno del Frente Popular. Todo esto habría de ocurrir entre el  10  de Mayo y el 29 de Junio. Según la versión de los franquistas, estas fechas tuvieron que ser cambiadas  posteriormente , a través de innumerables aplazamientos

D
El  documento nº II  llevaba por título informe confidencial nº 22/11 y señalaba los nombres de los miembros del gobierno revolucionario que se formaría tras la sublevación, así como de las autoridades militares y provinciales que  constituirían el “soviet nacional”.

En cuanto al documento nº  III , titulado Informe reservado, hablaba de una supuesta reunión celebrada en Valencia el 16 de mayo de 1936. A ésta habrían asistido un delegado de la tercera internacional, representantes de los sindicatos franceses, algunos españoles y dos emisarios rusos. En dicha reunión se trazaron los planes de la revolución izquierdista prevista para mediados de Junio.

Todos estos datos  lo podéis encontrar de manera más pormenorizada en el impresionante libro de Herbert R. Southworth, El lavado de Cerebro de Franco, publicado en el año 2000, un año después de su muerte.



Ricardo de la Cierva, destapó el engaño. 

Como hemos visto, en primer lugar cumplieron la finalidad de ofrecer a la opinión pública internacional una versión distorsionada y manipula de lo ocurrido en España. Se trataba de hacer creer a las potencias occidentales que el golpe fascista estaba justificado, ya que en España se quería imponer un régimen marxista.  Este hecho en plena guerra, supuso para los golpistas una propaganda muy favorable, que   prosiguió en España durante muchos años. En esta ocasión, los utilizaron para hacer creer a los españoles que su actuación fue legítima, ya que se trataba nada menos que de librarnos del yugo comunista.

Hay que decir que los “documentos” no llevan ninguna firma ni sello, aunque no hace mucho alguien tuvo el atrevimiento, de publicarlos en un blog con una tachadura que el propietario del mismo atribuyó a unas firmas o sellos. O bien este señor pecó de ignorante y esos documentos no eran los que el creía que eran, o  más bien, intentó engañar nuevamente al personal haciéndoles creer  algo que no era posible.



Herbert R. Southworth. Autor de El lavado de cerebro de Franco. 

La patraña  urdida, trata de convencernos de que agentes de Franco, encontraron copias de estos “documentos” en  locales comunistas en Morón de la Frontera, La  Línea de la Concepción, un pueblo cercano a Badajoz…  Ya habréis advertido que para ser documentos secretos, los supuestos patrocinadores del golpe habrían hecho demasiadas copias , como para hacer pensar que de secretos tenían bien poco. A nadie le puede entrar en la cabeza que un asunto de tal trascendencia se hiciera de forma tan poco discreta, con tal proliferación de copias. Esta clase de documentos cuando son auténticos no suelen estar en demasiadas manos.

Por otra parte no se ha encontrado dos copias iguales. En algunos casos se producen errores gramaticales de bulto en los nombres, o utilización diferente de un mismo vocablo; en algunos aparece el término librería y en otros biblioteca…. E incluso lo que es más curioso; se ofrecen diferentes versiones del  número de miembros que compondrían el  “ soviet nacional”.

“En la copia del marqués del Moral el “soviet nacional” lo integran 15 comisarios más el presidente, sin embargo en la copia de Arrarás se rebaja la cifra a los nombres de 13 comisarios. El padre Tony lo redujo a nueve”, (2)


Manuel Aznar, abuelo del ex presidente José María Aznar.




Como se puede apreciar la chapuza fue monumental. Sigamos:   

Hay algo en lo que casi todos los historiadores se ponen de acuerdo. Me refiero a la casi imposibilidad de que el régimen comunista de Stalin promoviera en aquel momento un movimiento subversivo en España, si tenemos en cuenta que el dictador intentaba contemporizar con Hitler, con quien firmaría posteriormente un pacto de no agresión. Es la razón fundamental por la que no se implicó más que de forma discreta, en el apoyo a los republicanos durante la guerra civil. Le interesaba más una política conciliadora con Inglaterra y Francia ante un futuro conflicto con los alemanes que exponerse a males mayores. Es decir, no le venía nada bien una injerencia en España a esos niveles, que pudiera destruir su política de apaciguamiento, tanto con Hitler como con las potencias occidentales. Esto hace poco creible  la intervención soviética en aventuras golpistas en España, al menos en aquella época.
Esto dice el informe confidencial nº 22, sobre las  armas y personal con que contaba la insurrección


“El número aproximado de estas fuerzas en toda España es: Las de asalto, 150.000 hombres; las de resistencia 100.000. Las sindicales no se conocen el número.

El número aproximado de armas que tienen son: armas largas de toda clase 25.000, pistolas ametralladoras 30.000. Ametralladoras 250. Dinamita para equipar 20.000 hombres. La organización de resistencia tiene solamente arma corta” (3)

En cuanto a la organización armada por zonas, se aportan los siguientes datos.

Madrid, 25.000 asalto, 25.000 resistencia, 25.000 sindical

Extremadura, 15.000 asalto, 10.000 resistencia, 20.000 sindical

Cataluña, 30.000 asalto, 20.000 resistencia, 40.000 sindical

Andalucía, 15.000 asalto, 12.000 resistencia, 15.000 sindical

Galicia, 15.000 asalto, 10.000 resistencia, 20.000 sindical (4)

Viendo estos datos, no logró adivinar la razón por la que los milicianos estuvieron durante más de cuarenta y ocho horas reclamando armas al gobierno de Casares Quiroga  que se negó a entregarlas , al de de Martínez Barrio que procedió  de igual manera que el anterior. Como sabemos fue el gobierno de José Giral quien entregó armas al pueblo el 20 de Julio.


José Giral, quien dispuso la entrega de armas al pueblo. 


Resulta inverosímil que de haber contado la izquierda con tal número de armas y municiones, ésta hubiera permitido que los golpistas controlaran en esos dos días vitales, casi un tercio del territorio nacional.

Los falsos documentos hablan nada menos, que de equipar de armas y municiones a entre 25.000 y 30.000 hombres.

Todavía en 1976 reapareció con gran fuerza la farsa de los “documentos”. De ello se encargo José María  Gárate Córdoba, en su libro La guerra de las dos Españas (Breviario histórico de la guerra civil del 36).donde mostraba la autenticidad  de los “documentos” con arreglo a unas supuestas pruebas que  no identifica detalladamente. Hace referencia a los diversos cambios de fecha del levantamiento y cosas por el estilo. Al parecer el autor logró hablar con Tomás Borrás –al que se le atribuye la falsificación de estos “documentos”-, el cual le habría confesado que el locutor de Radio España y artista de variedades Pepe Medina le comunicó cierto día en la primavera del 36, que en el Ministerio de la Guerra una mecanógrafa estaba copiando unas extrañas instrucciones dictadas por un grupo en el que había un par de rusos. Borrás habría conseguido que le consiguiera una copia de los “documentos secretos”.

Es llamativa la farsa y más teniendo en cuenta que el titular de ese Ministerio por esas fechas, no era otro que el inefable Casares Quiroga. Cuesta creer que éste aceptara que se le metieran los rusos por los despachos y se pusieran a dictar consignas revolucionarias. Esta versión de Garate es a la que se aferran en la actualidad la parroquia ultraderechista, que de cuando en cuando nos recuerdan el susodicho invento.

Hay que señalar que Ricardo de la Cierva, desveló que el escritor falangista Tomás Borrás le confesó ser el autor de estos “documentos”. Según de la Cierva, los confeccionó e hizo múltiples copias que distribuyó a diestro y siniestro.  Esto es así hasta el punto de que se les conoce hoy día por los “documentos de Borrás”

Casares Quiroga, ministro de la Guerra cuando se ideó la farsa. 
   


No sabemos si fue él u otro el responsable de semejante falsedad. De lo único que no puede dudarse es de la utilización que los franquistas hicieron de esta farsa. Por tanto, es inverosímil que una sola persona decidiera por su cuenta y riesgo elaborar tal plan. Tuvo que haber una importante red de colaboradores que primero idearon la patraña, después elaboraron los “documentos”, después se encargaron de distribuirlos profusamente y por último lo que quizá sea más importante, se preocuparon de  que el engaño perviviera durante años y años, yo  me atrevería a decir que hasta la actualidad.



Tomás Borrás.

Me gustaría finalizar con unas palabras de Southworth que en el libro que he citado deja a las claras lo infructuoso que resulta todo esto, en vista del interés que tienen algunos en seguir promocionando las mentiras:

“Así pues, a pesar del análisis detallado de los “documentos· que he hecho en las páginas precedentes, me temo que mientras la derecha española y las fuerzas armadas españolas sientan la necesidad de justificar el alzamiento, habrá mentes crédulas que se tomarán en serio  los “documentos secretos” del “complot comunista”. De poco servirán la lógica y la razón contra ella” (5)
Dejemos mientras tanto, que algunos sigan haciendo el ridículo.

ANTONIO ALFONSO HERNÁNDEZ
25 de mayo de 2012



NOTAS
        

(1) (2) (3) (4) y (5) El lavado de cerebro de Franco. Herbert R. Southworth


Fuente: http://badajozylaguerraincivil.blogspot.cz/2012/10/a-continuacion-tengo-el-placer-de.html

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